Quizás en ese momento, dejé de ser la misma niña que antes...
fueron esas lágrimas que caían pomulos a bajo, los indicios,
mi reflejo en la copa de vidrio opaco, y una luna que brillaba de tal manera que la habitación cobraba luz própia.
Sólo unas palabras melodeaban por mi mente, cómo si de una melodía de esas pegadizas que ponen en las carpas en verano se tratara.
Nunca había recordado ninguna escena tan perfectamente cómo anoche, era tan real, las palabras vacilaban de su boca tímidamente y entre pausa y pausa, el soplo de sus pulmones marcaba el ritmo. Durante horas y horas se repetía la misma acción, y ahora el murmullo del mar, ocupaba el primer plano.
Tuvistes que ser tú, que con caricias me despertabas,que con besos me endulzabas el momento y lo hacías imprescindible. ¿ Recuerdas? Jugábamos como dos crios en la pequeña montaña, nuestro sitio secreto.Porqué era un secreto, no?
Esas noches mirándonos desesperadamente, fijamente, intensamente, ojos con ojos. Y tú ya no estás!
Sueño maldito!
Intento borrar, pero no hay marcha atrás. El tiempo se lo lleva el viento, y junto a èl te vas tú, con tu sonrisa de oreja a oreja y esos dientes perfectos. Esa copa de cristal opaco otra vez se clava en mis pupilas de color marrón oscuro. Quiero que sepas que nunca he dejado de soñar,que quiero ser otra vez esa niña inocente, y quiero que el tiempo pare,que tú regreses para quedarte conmigo, para que me beses como nunca. Estar contigo es lo único que deseo.
Supongo que esas palabras acompañadas por el pasiaje y el ambiente, hacen que lo que sienta ahora, parezca que esté sucediendo en éste mismo momento. La brisa marina y ese olor que jamás olvidaré, me están matando.
Si, hasta el último momento fuiste tú mismo, hasta tu despedida era a tu estilo, silencioso, timido, tranquilo.
Pero el tiempo corre, y aunque en mi vida pasen otros, supongo que en ese rinconzito de mi corazón permanezeremos tu y yo junto a nuestros momentos.
Desde ese momento no soy la misma.
Nerea.
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